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Estrategia empresarial 2019 2º "Cómo trato las sugerencias, quejas y reclamaciones de mis clientes"

       

Implanta un método de tratamiento de quejas, reclamaciones y/o sugerencias en tu empresa. Todo el personal de tu empresa debe conocerlo y estar capacitado para atender eficazmente una queja, tener una actitud relajada y mostrar interés por resolver los problemas.

 Con la implantación de un método de tratamiento de quejas, reclamaciones y/o sugerencias minimizarás el impacto del problema, obtendrás del cliente ideas para conocer sus expectativas y darás solución inmediata al problema que se plantee. Un método de quejas y sugerencias se caracteriza por ser ágil, eficaz, adaptable y documentado.

 Es importante diferenciar entre:

 

  • Sugerencia: el cliente comunica posibles vías de mejora.
  • Queja: el cliente comunica disconformidad o enfado.
  • Reclamación: el cliente comunica formalmente una queja.

Recuerda tu objetivo “Cliente Satisfecho”

 

Un cliente insatisfecho, sale descontento, no protesta pero no vuelve, contará su mala experiencia a otras personas, en definitiva hablará mal de tu empresa.

Cómo tratar:

La mejor herramienta “La Actitud”: la disposición de ánimo de una persona, expresada mediante diferentes formas como la postura corporal, el tono de voz o los gestos.

Puntos clave: “la comunicación y objetividad”.

  • Comunicación: reduce la tensión y deja satisfecho al cliente.
  • Objetividad: imparcialidad (tratamiento justo, enfocado en la solución y no en buscar culpables), confidencialidad (protege la identidad del reclamante), accesibilidad (permite el acceso a la información en un lenguaje claro), exhaustividad (busca los hechos y verifica), equidad (trata igual a todas las personas), sensibilidad (cada problema es individual y así se considera).

 

Si resuelves el problema del cliente, “Fidelizas”.

  • Atiende rápidamente el problema, deja lo que estés haciendo y no dejes pasar mucho tiempo para dar una solución.
  • Presta atención, sin interrumpir, sin enfadarte, sin perder el contacto visual.
  • Asegúrate de que has comprendido al cliente antes de darle una respuesta.
  • Explícale lo que te dispones a hacer, comprométete únicamente con los que puedas cumplir..
  • Habla el lenguaje del cliente.
  • Capta su atención, hazle sentirse importante.
  • Ayuda al cliente, propón soluciones.
  • Cumple tu compromiso, y si puedes ofrece “algo más”; recordará tu proceder más que el problema original.
  • Registra la reclamación, repasa el conocimiento y la solución, ¡mejorarás tu servicio!

 

Trata al cliente personalmente, escúchalo y dale una respuesta personalizada. No temas la crítica y presta atención a la opinión. En consecuencia tu empresa y servicio al cliente mejorará.

 

¡Buen trabajo!